miércoles, 25 de noviembre de 2009
Crónica del tercer encuentro
Machuca (2004) fue, en este caso, el film chileno que dió lugar a la interesantísima convocatoria en el ya tradicional escenario del Centro Cultural LyF. Sí, decimos "interesantísima convocatoria" y no por la cantidad, sino por la calidad del público que eligió compartir la tarde del domingo, con cine y debate al ritmo del vino y las empanadas. Tarde que cobró su cuota de emotividad, por momentos dramática y por momentos terrible; son estas, las propias definiciones de algunos de los espectadores que se animaron inclusive a decir "¡Que película para un domingo!", y era cierto. Pero al final, más allá de los estados personales, descubrimos que siempre es positivo el encontrarse y compartir una mirada colectiva hacia la reflexión.
La Película
La historia de Pedro y Gonzalo dirigida por Andrés Wood supo conmover, y no desde la sensiblería de mercado, sino desde la proyección alternativa de una realidad social y política (Chile 1973) contada a través de la mirada de estos niños, desde lo más genuino del hombre, hacia las miserias de una sociedad que no se anima a contener.
El gobierno de Allende, impulsado desde la Unidad Popular -compuesta por partidos y agrupaciones de izquierda- fue un acontecimiento único en la historia del siglo XX. "Algo insólito", en palabras del propio Fidel Castro. La militancia y la identificación del pueblo chileno con su propuesta fue trasladada a las urnas y golpeada unilateralmente por la CIA, Pinochet y gran parte del cuerpo militar de Chile.
El film transcurrió mediante del rostro expresivo de Gonzalo, de sus ojos siempre testigos de los acontecimientos familiares, sociales y políticos. Lo externo como internalización, como la construcción precoz de una personalidad en función del descontrol social, donde los valores se ponen constantemente en tela de juicio.
"¿Cuándo nos atreveremos realmente a hacer un cambio profundo?"
Debate: Ni peras, ni manzanas
El debate se inició, retomando el concepto de habitus señalado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu. Interesante introducción para pensar que uno no llega al mundo para amoldar sus propias necesidades, sino que existen realidades históricas que nos anteceden y que condicionan y/o limitan nuestro modo de ver o significar el mundo. El habitus entonces, puede pensarse como aquellas estructuras estructuradas, que funcionan como estructuras estructurantes; es decir, la bisagra que nos construye como un ser social y que están instituídas históricamente por la sociedad. El habitus es inconsciente, no es un "yo conozco" o "yo sé" y luego actúo, sino más bien, es un "yo no sé porqué, pero funciono": ¿Hay traición por parte de Gonzalo? ¿Se puede afirmar que la relación de amistad nunca fue genuina?
Esta propuesta teórica sirvió como disparador para indagar acerca de la posición que nos toca jugar a cada uno en el marco de la sociedad actual: "Somos clase media, y no podemos escapar". Hay que hacerse cargo y no mirar al costado; ni peras ni manzanas, pero todos tenemos algo de las peras y algo de las manzanas, es esta misma condición social que nos permite juntarnos un domingo por la tarde a pensar la realidad: no es poco.
Como eje de debate y reflexión, también vale destacar la recomposición del concepto gente, enunciado como algo abstracto, al cual todos siempre referimos y nos exceptuamos del término. Hablar de "la gente" como "los otros " es no hacerse cargo de las acciones individuales, que claramente impactan en la conformación de una sociedad.
El debate dio para mucho, y aún queda mucho por construir. La idea no es sólo encontrar respuestas, sino irse con varias preguntas.
¡Muchas gracias otra vez por abrirse al espacio del cine reflexión!
Esperamos sus comentarios y nos estamos viendo en el próximo encuentro a definir.
¡A campear moviolas!
Colectivo Ernesto Esteban Etchenique
La Película
La historia de Pedro y Gonzalo dirigida por Andrés Wood supo conmover, y no desde la sensiblería de mercado, sino desde la proyección alternativa de una realidad social y política (Chile 1973) contada a través de la mirada de estos niños, desde lo más genuino del hombre, hacia las miserias de una sociedad que no se anima a contener.
El gobierno de Allende, impulsado desde la Unidad Popular -compuesta por partidos y agrupaciones de izquierda- fue un acontecimiento único en la historia del siglo XX. "Algo insólito", en palabras del propio Fidel Castro. La militancia y la identificación del pueblo chileno con su propuesta fue trasladada a las urnas y golpeada unilateralmente por la CIA, Pinochet y gran parte del cuerpo militar de Chile.
El film transcurrió mediante del rostro expresivo de Gonzalo, de sus ojos siempre testigos de los acontecimientos familiares, sociales y políticos. Lo externo como internalización, como la construcción precoz de una personalidad en función del descontrol social, donde los valores se ponen constantemente en tela de juicio.
"¿Cuándo nos atreveremos realmente a hacer un cambio profundo?"
Debate: Ni peras, ni manzanas
El debate se inició, retomando el concepto de habitus señalado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu. Interesante introducción para pensar que uno no llega al mundo para amoldar sus propias necesidades, sino que existen realidades históricas que nos anteceden y que condicionan y/o limitan nuestro modo de ver o significar el mundo. El habitus entonces, puede pensarse como aquellas estructuras estructuradas, que funcionan como estructuras estructurantes; es decir, la bisagra que nos construye como un ser social y que están instituídas históricamente por la sociedad. El habitus es inconsciente, no es un "yo conozco" o "yo sé" y luego actúo, sino más bien, es un "yo no sé porqué, pero funciono": ¿Hay traición por parte de Gonzalo? ¿Se puede afirmar que la relación de amistad nunca fue genuina?
Esta propuesta teórica sirvió como disparador para indagar acerca de la posición que nos toca jugar a cada uno en el marco de la sociedad actual: "Somos clase media, y no podemos escapar". Hay que hacerse cargo y no mirar al costado; ni peras ni manzanas, pero todos tenemos algo de las peras y algo de las manzanas, es esta misma condición social que nos permite juntarnos un domingo por la tarde a pensar la realidad: no es poco.
Como eje de debate y reflexión, también vale destacar la recomposición del concepto gente, enunciado como algo abstracto, al cual todos siempre referimos y nos exceptuamos del término. Hablar de "la gente" como "los otros " es no hacerse cargo de las acciones individuales, que claramente impactan en la conformación de una sociedad.
El debate dio para mucho, y aún queda mucho por construir. La idea no es sólo encontrar respuestas, sino irse con varias preguntas.
¡Muchas gracias otra vez por abrirse al espacio del cine reflexión!
Esperamos sus comentarios y nos estamos viendo en el próximo encuentro a definir.
¡A campear moviolas!
Colectivo Ernesto Esteban Etchenique
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6 comentarios:
Hola, la verdad es que lo pasé muy bien y me parece muy interesante el trabajo que hacen de darle un marco teórico al análisis de un film que plantea un problema histórico. El resultado se vió en la espontánea participación de todos. Un ambiente muy grato.
Un beso
Cris
Hola queridos amigos del Cine Debate:
Quiero decirles que me encantó la película Machuca, y que considero un espacio muy valioso el que se genera en cada debate. Es muy enriquecedor poder compartir distintos puntos de vista. Uno se va pensando, recordando, imaginando, en fin haciendo ondas como la piedra en el estanque... No es tan frecuente encontrar un lugar de palabras libres y buenas orejas.
Hay un único problema: el sonido, que en el caso de pelis en castellano es un escollo que habría que solucionar.
Nos encontramos el próximo año, con la excusa de alguna película de las que ustedes eligen tan bien.
Les deseo un excelente fin de año, y muchas lindas novedades para el 2010.
Mónica Cincinnati
Exelente redaccion y descripcion del encuentro!
A pesar de que la pelicula no fue exactamente de mi agrado, disfrute mucho del encuentro y del debate posterior. El tema da para mucho mas.
Lo mejor de todo es que los domingos dejaron de ser el dia mas inutil y bajonero de la semana. GRACIAS!
Besos.
Excelente la película. Y siguiendo con el tema de las peras y las manzanas, justamente es la madre de Gonzalo la que larga esa frase y aclara "no quiero decir mejores y peores, distintos" como si eso la atajara de estar realizando un prejuicio....
Da para muchísimo esta película. Muy lindo y enriquecedor el encuentro de ayer.
saludos,
Florencia
Queridos chicos:
Desde mi subjetividad, me parece que están logrando, en cada función, hacer crecer un espacio que a todos nos hace mucho bien. Por ahí leí en un comentario subido ala página, que están logrando hacer más leve el bajón del domingo a la tarde. Y es tal cual.
Quiero que sepan que cuando escucho a los interlocutores, se me abre la cabeza, con ideas y posiciones diferentes, que siempre me dejan pensando y logran resignificar la película exhibida. Me quedo con la sensación de llevarme mucho más de lo que tenía cuando fui.
Por otro lado, estos resultados eran esperables, conociendo las capacidades y calidades de los fundadores.
Mi comentario de hoy se sale del debate y sólo intenta ser un estímulo para que sigan por este camino
Me gusta mucho la propuesta y les agradezco que me permitan compartirla.
Los quiero
Cristina
Hola a tod@s,
Quiero compartir con ustedes dos cuestiones que me quedaron dando vueltas en relación a la película “Machuca”; ambas referidas a la escolarización de los protagonistas.
La primera tiene que ver con una pregunta que alguien se hizo durante el debate: ¿cómo pudieron esos dos chicos hacerse amigos?
La noción de “habitus” bourdiana -que podríamos vincular, en la película, al proceso de socialización primaria de los protagonistas a través de la institución familiar y del contexto socio-económico- nos permitió darle un marco teórico a las diferencias entre los chicos y rastrear los “cortocircuitos” en su vínculo, derivados de ellas.
Pero, ¿cómo pensar las condiciones de posibilidad de esa relación? ¿Cómo, a pesar de esos “cortocircuitos”, pudo existir el vínculo? Creo que la definición de Foucault de “instituciones normalizadoras-disciplinarias” es una herramienta interesante para analizar esto. En términos foucaultianos, la sociedad moderna supone (mejor, supuso) un ejercicio del poder de tipo “normalizador”: una serie de instituciones (cuarteles, hospitales, cárceles, fábricas) vendrían a “corregir”, a “ajustar a la norma”, a aquellos sujetos que escaparan a los requerimientos capitalistas de docilidad y utilidad.
La escuela es una institución normalizadora por excelencia: individualiza, examina, califica, clasifica y corrige a los sujetos en función del parámetro moderno de normalidad. En este proceso, el poder disciplinario se combina con el “autogobierno” de los individuos, esto es, la interiorización de esa definición de normalidad.
Esto me llevó a pensar que el hecho de que los protagonistas estuvieran recientemente institucionalizados podría tener que ver con la posibilidad de existencia de su vínculo. Si bien el “habitus” les daba pistas a los chicos de que su amistad no era del todo “normal”, la inacabada construcción de subjetividades (burguesa y proletaria, en términos marxistas) a través de la escuela habría dejado una grieta abierta por donde se pudo filtrar el deseo (no normalizado) de manera espontánea.
Otra cuestión que me llamó la atención fue el hecho de que los alumnos integrados a la escuela de clase media-alta no usaran uniforme. Primero pensé en algún tipo de discriminación de clase; pero después me di cuenta que los uniformes han tenido una funcionalidad precisa, tanto en regímenes capitalistas como socialistas: la de homogeneizar (en términos “disciplinarios”, en los primeros; en términos “igualitarios”, en los segundos). Se me ocurre que la hibridez del proyecto escolar que relata la película (lineamientos propiamente capitalistas combinados con ciertos ideales socialistas) es una posible explicación del “desliz” estratégico. Algo así como que el poder se mareó con las vueltas discursivas y no supo cómo utilizar funcionalmente ese dispositivo homogeneizador.
Nos vemos en la próxima. Un beso,
Charo
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