lunes, 28 de diciembre de 2009

Crónica del cuarto encuentro

El cuarto encuentro del cine debate fue un (antiguo) estreno. Por primera vez en el ciclo una película argentina buscó la mirada de los presentes. Por primera vez, también, se cambió de escenario: Café Goyheneche. Sur (1988) de Pino Solanas dió forma a un domingo arrabalero. No podemos afirmar, en este caso, que fue el azar quien reunió los ingredientes de una tarde nostálgica: el tango, el café, los farolitos, los ideales. Sino la necesidad de volver a probar de este guiso de generaciones que está por atravesar la primera década de los dos mil: ¿y cómo estamos hoy?

La Película

“San Juan y Boedo antigua, y todo el cielo, Pompeya y más allá la inundación...” sólo magia se puede esperar de una película que arremete, de arranque nomás, con el tango de Manzi interpretado por Goyeneche. Y Solanas se hizo cargo de ese desafío: azules y blancas las primeras imágenes del regreso al barrio de Floreal luego de estar siete años detenido en un penal de la Patagonia. Bien al sur.

Realismo mágico que mezcla atisbos kafkianos para contarnos una historia que aún hoy sigue abierta reclamando Memoria, Verdad y Justicia. “Sur, paredón y después... Sur, una luz de almacén...”. Un barrio fantasmal se le aparece al personaje interpretado por Solá. También se le aparecen los espectros de los vencedores vencidos que lucharon POR (y no en contra de nadie). “Ya nunca me verás como me vieras, recostado en la vidriera y esperándote”.

El pragmatismo sur-real de Solanas se divide en cuatro partes que narran un regreso: La mesa de los sueños. La búsqueda. Amor y nada más. Morir cansa.

Una historia de amor. O varias. Como para no olvidar que las personas estamos cargadas de sentimientos dispuestos a rociar la tierra. Y que también nos traicionamos, pero de amor, permitiendo que la ira nos invada en momentos de desesperación por la percanta que me amuró. Justamente ahí, en los sentimientos, es donde está la vida. Por más encerrados que estemos la autonomía es la que nos va a mantener en pié. Diciendo: no. Gente que habla con el corazón, como Manzi: “Nostalgias de las cosas que han pasado, arena que la vida se llevó pesadumbre de barrios que han cambiado y amargura del sueño que murió”.

Debate: cansados de los muertos.

El blanco de tregua, una tregua cansada, que cuelga flameante y boba sobre los barrios del sur de la ciudad. Los papeles que alguna vez gritaron igualdad y una moto que traza la huída. Una generación desaparecida en los paredones clandestinos. La búsqueda incansable de la familia, los amigos, los compañeros; todos ellos, indómitos, no resignan el aliento en la lucha. Pero al final nos cansamos. Y el amor, por más cursi que pueda sonar, por más que sea el eterno lugar común de toda la poesía moderna, seguirá siendo el epicentro de energía que hace girar el mundo.

La mesa de los sueños pide la cuenta y no le quedan monedas para la propina. Ya no soporta su última curda ¿Será la nueva generación la encargada de ocupar la cocina para que coman todos los que hace siglo se quedaron en la puerta? Habrá que develar lo velado, seguir recordando (dando cuerda al corazón), pensar en la historia, y en el presente “¿no ves que vengo de un país que está de olvido, siempre gris, tras el alcohol?...”

Nuevamente gracias por acompañar este joven ciclo. Les deseamos muy felices fiestas y esperamos que el próximo año los encuentre preguntandose ¿Y ahora qué hacemos con todo esto?

¡A campear moviolas!

Colectivo Ernesto Esteban Etchenique

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Habrá cine debate en enero?